Esas lagrimas que brotaban de los ojos marrones oscuros definian el alma de aquella niña mujer. Esas simples lagrimas divulgaban aquel dolor tan profundo, desvestía su alma. Estaba ahogada en dolor, no podía con su corazón... Al saber que el hombre que amaba le había fallado, e indignada repetía "Tranquila, no todos los hombres suelen fallar, solo los que han pasado por mi vida..." se escondía tras aquél pensamiento que recordaba y la maltrataba brutalmente hasta verla arrodillada. Ya nada sería como antes. Le dolía en el alma, y seguía casi sin pensar. Cada noche antes de acostarse, recordaba la mirada de ese muchacho que le había robado el corazón, y no podía creer que tras esa mirada tan profunda y sincera, se escondía el engaño y la mentira.
viernes, 12 de diciembre de 2008
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